# Esta isla australiana esconde un circuito gastronómico secreto donde chefs susurran a las ostras y el vino madura en el fin del mundo

Un viaje a Tasmania suele traer a la mente imágenes de naturaleza salvaje y el famoso demonio de Tasmania. Sin embargo, esta isla australiana esconde un universo culinario extraordinario que pocos viajeros llegan a descubrir. Más allá de Hobart, su capital, existe un circuito gastronómico de enclaves secretos donde los productos locales y las técnicas artesanales se fusionan para crear experiencias inolvidables.

La isla donde los chefs susurran a las ostras

Bruny Island, separada de la isla principal por un estrecho canal, se ha convertido en un santuario para los amantes de la buena mesa. El Bruny Island Food and Sightseeing Tour te llevará a degustar algunas de las ostras más frescas del hemisferio sur, acompañadas de caviar local, chocolates artesanales y quesos que han ganado premios internacionales.

«Nuestras ostras tienen un sabor único porque crecen en aguas donde se mezclan corrientes cálidas y frías, creando un ecosistema perfecto para mariscos con personalidad», explica Tom Wilson, ostricultor de tercera generación en Get Shucked Oyster Farm.

El valle que embruja con aromas de manzana

El Huon Valley, un tesoro escondido al sur de Hobart, es la cuna de la sidra tasmaniana. En Willie Smith’s Apple Shed, una antigua granja reconvertida en destilería artesanal, podrás probar sidras que desafían todo lo que creías saber sobre esta bebida. Las antiguas variedades de manzana, algunas rescatadas de la extinción, producen sabores complejos que han revolucionado la escena de bebidas fermentadas de Australia.

El festival que celebra el otoño con fuego y hielo

El Tasmanian Autumn Festival transforma el valle Derwent en un escaparate de productos locales. Los chefs aprovechan los ingredientes de temporada para crear platos que rinden homenaje a la estación más colorida. Si buscas experiencias culturales auténticas, este festival rivaliza con las mejores celebraciones gastronómicas del mundo.

Un museo donde el arte se degusta

El MONA (Museum of Old and New Art) ha revolucionado la escena cultural de Tasmania, pero pocos conocen su faceta gastronómica. El Moorilla Wine + Mona Art Day combina visitas a exposiciones vanguardistas con degustaciones de vinos locales producidos en viñedos que rodean el museo. Una experiencia sensorial completa donde el arte contemporáneo dialoga con la viticultura de clima frío.

Pyengana: donde el queso madura como hace 100 años

En esta pequeña comunidad rural, Pyengana Dairy Farm mantiene vivas técnicas centenarias para producir quesos cheddar que maduran naturalmente en cuevas. Sus helados caseros, elaborados con leche de vacas que pastan libremente en praderas vírgenes, tienen un sabor que transporta a tiempos más simples.

Mercados que despiertan al amanecer

El Farm Gate Market en Hobart es el secreto mejor guardado de los habitantes locales. Cada domingo, productores de rincones remotos de la isla traen sus creaciones: desde miel de leatherwood (una especie endémica) hasta panes fermentados naturalmente y embutidos que siguen recetas de inmigrantes europeos.

El valle vinícola que desafía al frío

El Tamar Valley, con su microclima especial, produce vinos que sorprenden a los enólogos más experimentados. Sus Pinot Noir y Riesling tienen una mineralidad y frescura que solo pueden lograrse en latitudes extremas. Las catas en bodegas familiares te permitirán conversar directamente con los viticultores mientras contemplas paisajes que recuerdan a la Borgoña francesa.

«Tasmania está redefiniendo lo que significa hacer vino en el extremo sur del mundo. Nuestras uvas maduran lentamente, desarrollando complejidades aromáticas imposibles en climas más cálidos», comenta Sarah Mitchell, enóloga de Josef Chromy Wines.

Mar y mesa en St. Helens

La pequeña localidad costera de St. Helens, junto a la espectacular Bay of Fires, ofrece una experiencia marítima auténtica. Aquí los pescadores te llevarán a recolectar tus propios mariscos, que luego cocinarán en fogatas improvisadas en playas de arena blanca y aguas turquesa.

Un safari gastronómico que cambiará tu perspectiva

El Tasmania Gourmet Food Safari no es un simple tour culinario; es una inmersión en la filosofía alimentaria de la isla. Durante varios días, recorrerás granjas, pesquerías y bosques donde se recolectan ingredientes silvestres, aprendiendo sobre prácticas sostenibles que han convertido a Tasmania en referente mundial.

Tasmania ofrece al viajero curioso una experiencia gastronómica que va más allá del simple acto de comer. Es un viaje a través de paisajes dramáticos donde cada bocado cuenta una historia de pasión, tradición e innovación. En esta isla remota, la gastronomía se ha convertido en una forma de expresión cultural tan importante como sus paisajes naturales, invitando a los viajeros a descubrir Australia desde una perspectiva completamente nueva y deliciosa.